
Agonizan con menos de 100 empadronados, y eso que en la lista no entran
las entidades locales menores, núcleos de población adscritos a términos
municipales. Si se cuentan esas entidades menores, el mapa del desierto
demográfico ofrece un panorama más crudo aún.
La España rural perdió 61.684 habitantes durante el último año. El zarpazo
demográfico sigue cayendo en los pequeños municipios. Entre 2016 y 2017, la España rural perdió
población a un vertiginoso ritmo de siete habitantes cada hora.
El desierto demográfico avanza. En el último año 40 provincias españolas perdieron
población. Y, para la mayoría de ellas, esa regresión es reincidente.
Tanto que varias están en una situación crítica. Soria, Guadalajara,
Burgos y Salamanca lideran ese negro ranking. Son territorios asfixiados
por la despoblación y que se asoman al precipicio de lo
demográficamente insostenible.
En Soria, el 90% de sus municipios subsisten con menos de 500 empadronados,
y la mayoría de ellos no tienen ni cien. Con estas tasas,
la geografía humana de esos territorios está condenada, lo que conlleva
un coste en términos no solo sociales, sino también económicos y
patrimoniales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario