Fascinante para algunos, conversación trivial para otros, las
charlas sobre el tiempo que hace o hará empiezan a ser parte del
pasado. Después de 12 meses plagados de noticias sobre fenómenos
climáticos extremos, 2017 se ha convertido en el año en el que el tiempo
cedió el testigo conversacional al cambio climático y en el que la
ciudadanía se empezó a preguntar si todavía tenemos cuatro estaciones.
Cuando hablamos de cambio climático, incluso en la más banal de las
conversaciones, estamos refiriéndonos a un conjunto de problemas que van
más allá de que hace más calor.
Aunque en 2017 España perdió biodiversidad, aún sigue siendo el país con
mayor biodiversidad de Europa –con más de 85.000 especies-.
El cambio climático y la pérdida de biodiversidad, dos caras de la misma
moneda, son realidades incontestables e inaplazables en España. Estamos
desprotegiendo nuestro bienestar y nuestra economía. Sin embargo, el
Gobierno –y, en general, las administraciones públicas y el sector
privado- parecen vivir aislados a este hecho. Confiemos en que 2018 sea
el año en el que no solo hablemos sobre cambio climático, sino el año
en el que se actuó con ambición frente él. Esperemos que fue el primer
paso para no perder las cuatro estaciones del año. La primera
oportunidad para demostrar un cambio de rumbo será la futura Ley de
Cambio Climático.
Extraido de VidaSana
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